Pensando la representaciones de la sexualidad en el cine argentino

La sexualidad, en todas sus formas y matices, es una de las dimensiones más complejas y ricas de la experiencia humana. El cine, como arte y medio de comunicación, tiene la capacidad única de explorar y representar estas complejidades de manera visual y narrativa. En Argentina, un país con una rica tradición cinematográfica, las representaciones de la sexualidad han evolucionado y reflejado tanto los cambios sociales como las tensiones persistentes en la sociedad. Hoy, quiero reflexionar sobre cómo diversas películas argentinas han abordado la sexualidad, desde la identidad sexual hasta las relaciones de poder, y lo que estas representaciones nos dicen sobre nuestra cultura.

Una de las películas más emblemáticas en este sentido es "XXY" (2007), dirigida por Lucía Puenzo. La historia sigue a Alex, una adolescente intersexual que enfrenta la difícil decisión sobre su identidad de género. "XXY" no solo aborda la intersexualidad, un tema raramente tratado en el cine, sino que también explora la lucha interna y externa que enfrenta cualquier persona que no encaje en las categorías tradicionales de género. A través de la actuación poderosa de Inés Efron, la película nos muestra la vulnerabilidad y la fuerza de Alex, ofreciendo una mirada profunda y empática hacia las experiencias de las personas intersexuales. La representación de Alex desafía los estereotipos y nos invita a reflexionar sobre la rigidez de nuestras propias concepciones de género y sexualidad.

Otra obra significativa es "El último verano de la Boyita" (2009), dirigida por Julia Solomonoff. Esta película narra la historia de la amistad entre Jorgelina y Mario, un niño intersexual que está descubriendo su identidad. La narrativa delicada y sutil de Solomonoff aborda la sexualidad y el género desde la perspectiva de la infancia, mostrando cómo estas identidades son comprendidas y aceptadas (o rechazadas) en una etapa temprana de la vida. Al centrar su enfoque en la curiosidad y la inocencia de los niños, la película cuestiona las normas sociales y culturales que rodean la sexualidad y el género.

En una nota diferente, "Alanís" (2017) de Anahí Berneri ofrece una representación cruda y realista de la vida de una trabajadora sexual. La película sigue a Alanís mientras lucha por criar a su hijo y mantener su dignidad en una sociedad que a menudo estigmatiza y marginaliza a las trabajadoras sexuales. Berneri no romantiza ni demoniza el trabajo sexual; en cambio, presenta a Alanís como una persona completa con fortalezas y debilidades. Esta representación desafía las narrativas simplistas y moralistas que a menudo rodean el tema del trabajo sexual y nos invita a considerar las políticas y prejuicios que afectan la vida de estas mujeres.

Las relaciones de poder y su impacto en la sexualidad son otro tema recurrente en el cine argentino. "El secreto de sus ojos" (2009), dirigida por Juan José Campanella, aunque es principalmente un thriller, toca temas de violencia sexual y sus consecuencias duraderas. La brutal violación y asesinato de Liliana Colotto no solo impulsa la trama, sino que también sirve como un comentario sobre la impunidad y la lucha por la justicia. La película expone cómo el poder y la corrupción pueden perpetuar la violencia sexual, y cómo las víctimas y sus familias deben lidiar con estas injusticias.

Finalmente, "Cordero de Dios" (2008) de Lucía Cedrón, aunque se centra en el secuestro de un hombre durante la dictadura argentina, aborda el tema del abuso sexual de una manera profundamente humana. La historia de la protagonista y su relación con su abuela revelan cómo la violencia sexual trasciende generaciones y contextos políticos. Cedrón utiliza la narrativa personal para explorar el trauma y la resiliencia, destacando cómo la sexualidad puede ser una fuente de vulnerabilidad y, al mismo tiempo, de poder.

En conclusión, las representaciones de la sexualidad en el cine argentino son diversas y multifacéticas. Desde la exploración de la identidad de género en "XXY" y "El último verano de la Boyita" hasta la realidad del trabajo sexual en "Alanís" y el impacto de la violencia sexual en "El secreto de sus ojos" y "Cordero de Dios", estas películas ofrecen perspectivas valiosas y necesarias sobre la sexualidad. A través de estas narrativas, el cine argentino no solo refleja las complejidades de la sexualidad humana, sino que también nos desafía a confrontar y cuestionar nuestras propias creencias y actitudes. Es una invitación a ver más allá de lo superficial y a reconocer la profundidad y diversidad de la experiencia humana. 

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